Ese sentimiento que todos sentimos, o hemos sentido alguna vez. Muchos dicen
que es bonito, otros que es triste. Unos que es mejor sentir desamor que no
sentir nada, otros que es complicado pero que merece la pena. Yo estoy segura
que ni el más experto sabe cómo tratar estos temas de la manera más “políticamente
correcta”. ¿Qué es lo que nos mueve realmente a querer sentir algo por alguien
o obligarnos a sentirlo aunque nuestro cerebro nos diga que no? La culpa de
todo esto es del corazón, ese personaje tan juguetón, con el que nadie es
capaz de empatizar con qué es lo que realmente quiere de nosotros o nosotras
mismas.
El corazoncito de Manuel, es un corazoncito bastante normal pero muy juguetón.
Le gusta fantasear sobre la persona con quién acabaría compartiendo su vida. Desde que sale de casa todos los días, empieza a
investigar con las personas que se cruza. En realidad le gustan todas, porque, desde su punto de vista, no hay corazón malo
sino cuerpo mal llevado.
Un día sintió algo especial por otro corazoncito, su cuerpo se llamaba
Rodrigo. Manuel no entendía muy bien qué era todo eso que estaba pasando, ya
que sentía algo que no había sentido antes por nadie, por su compañero de
clase. La situación era baste difícil ya que no sabía a quién contarle todo lo
que estaba pasando, de hecho ni él mismo sabía qué hacer con las señales que le
mandaba su corazoncito. Sin saberlo el corazón de Rodrigo se había encaprichado
también de Manuel. Por lo que era algo recíproco pero difícil de entender ya
que para los dos era nuevo.
El corazoncito de Manuel era bastante más perseverante, solía conseguir lo
que se proponía, mientras que al de Rodrigo le costaba más que su cuerpo
entendiera todas las señales que le mandaba. Iba pasando el curso y ninguno de
los dos se atrevía a exteriorizar lo que estaba pasando…
Os invito a que cada uno de vosotros o vosotras acabe la historia como
quiera… ¿Deberían intentar hablar de lo que están sintiendo? ¿Deberían hacer oídos
sordos a lo que les dicen sus corazoncitos? Es una situación bastante difícil,
pero que cada persona se lo aplique a su situación real y piense cuál sería la
solución más “políticamente correcta”.
Angus =)
Tu lo has dicho, "ni el más experto sabe como trata estos temas", ¿pero que es lo que nos hace expertos?¿haber sufrido más?¿haber hecho sufrir?, yo creo que todo lo pasado no importa, que no conocemos lo que nos pasa, porque cada persona es diferente y por lo tanto también lo son los sentimientos que provoca.
ResponderEliminarYo lo unico que parezco haber aprendido es a no dejar pasar las oportunidades, a hacer caso de las infinitas señales que nuestros corazones han aprendido a mandar después de tantos años, en forma de consejos, sonrisas, incluso de cuentos...a arriesgarme, porque el que no arriesga no gana, y a no arrepentirme, porque con todo se aprende algo.
Mi opinión es que deberían hablarlo, o no hablarlo y dejarse llevar, pero también cambiaría la pregunta, prefiero un "¿que es lo que me hace feliz?" a "¿que es lo politicamente correcto?", porque lo correcto es relativo, pero lo que me hace feliz lo tengo muy claro.
Lo primero muchas gracias por compartir tu tiempo conmigo leyendo este cuento. Una reflexión muy interesante sin duda. Sólo me gustaría matizar que con lo de "lo políticamente correcto" me refería a la manera de no hacer daño a nadie. Sin duda alguna estoy de acuerdo contigo en que lo más importante es buscar a quién te hace feliz sin importar nada más.
ResponderEliminarTe invito a seguir acabando el día de la mejor manera posible, soñando con los ojos abiertos...
Gracias.