En lo más alto de una montaña vivía una familia de pequeños seres. Seres que nunca han visto el mar. Los que los han visto, dicen que se asemejan mucho a los duendes. Pero nadie sabe realmente cómo son. Nunca se han atrevido a salir de allí por varias razones. Primero porque son muy pequeños y, al dar los pasos muy cortos, tardarían semanas en llegar hasta el mar. Y la segunda razón es porque han llegado a sus oídos todas las maldades que hay en la civilización y no se quieren "infectar".
No tenían parentesco alguno entre ellos, pero se denominaban familia. Es lo que sentían realmente unos con otros, verdadero amor fraternal.
Entre todos esos seres, había uno que tenía muchas inquietudes, entre ellas ver el mar. A nuestro protagonista todo el mundo le intentaba convencer de que era una locura, nadie se atrevería a acompañarle y, realmente, no saben si existe el mar. Él, estuvo durante muchos días y muchas semanas pensando las cosas positivas y negativas de hacer ese viaje. Obviamente las negativas eran muchas más, pero para él pesaba mucho más la aventura que iba a vivir, que todo lo negativo que le iba a pasar. Una noche, se armó de valor, y decidió comenzar su viaje...
Al día siguiente la aldea amaneció revolucionada, no se hablaba de otra cosa. A penas nadie creía en él. Su padre y su madre fueron los que más sufrieron ya que no contaban con que volviera...
Pasaron los días, las noches, las semanas... y no se sabía nada de él. Después de este tiempo, en la aldea, todo el mundo se había acostumbrado a la vida sin él. Su madre y su padre lloraron mucho, sabían que por su atrevimiento le había costado la muerte...
Cinco años después, cuando nadie se lo esperaba apareció nuestro “desaparecido”. Al principio los demás seres de la aldea estaban desconcertados ya que estaba muy cambiado y le daban por muerto. La que más lloró cuando le vio fue su madre...
Esa misma noche después del impacto del principio, le hizo toda la familia, una fiesta de bienvenida. Comieron mucho, bebieron mucho y bailaron un montón. Todo el mundo le avasallaba a preguntas y él, a penas daba a basto a contestar a todas.
Al final de la noche sólo quedaban su madre y él. Y esta le preguntó: ¿Realmente encontraste lo que buscabas?
Y él le contestó. Sin duda he vivido cosas increíbles, cosas que no cambiaría por nada del mundo, pero sentía que dejaba muchas cosas aquí atrás... Vivir una aventura de ese tipo fue muy emocionante y ver el mar por primera vez es indescriptible, pero aquí tengo mi vida... a ti, a papá, a mi familia no contaminada por eso que ellos llaman "sociedad civilizada".
Angus =)
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